Ahora bien, ¿cuáles son las principales limitaciones que dificultan el desarrollo de estas terapias? Pues se trata limitaciones relacionadas con la seguridad y la efectividad.
Respecto a la seguridad, el problema principal es que estas terapias pueden causar teratomas.
Los teratomas son tumores formados por diferentes tipos de células. En principio son de naturaleza benigna pero pueden convertirse en malignos y afectar a las estructuras que lo rodean por ejercer presión.
Este riesgo parece que es mayor en las terapias con células madre pluripotentes inducidas.
La razón es que proceden de células de adulto que pueden ya tener mutaciones, las cuales van a ser estimuladas para que se dividan muchas veces hasta tener el número suficiente de células madre. Además, se van a someter a una reprogramación que pueden causar más anormalidades.
Todo ello, puede causar alteraciones genéticas que las hacen más vulnerables.
También puede ocurrir que sean rechazadas por el sistema inmune. Como cualquier trasplante existe el riesgo de rechazo.
La eficiencia también es un reto porque una vez conseguidas las células madre hay que hacerlas llegar al sitio donde se necesitan, y allí tienen que saber formar el tejido dañado.
¡Toda la razón! la verdad que siempre había oido hablar de las células madre como unas células regeneradoras vinculadas únicamente al cordón umbilical, pero realmente nunca me había parado a pensar en su funcionamiento, su aplicación en terápias y mucho menos que se podían conseguir de otras zonas y por otras metodologías.
Te doy la enhorabuena, porque no solo me has sorprendido, sino que has abarcado unos puntos muy interesantes y me ha quedado todo muy muy claro.
¡Un saludo y muchas gracias por tu blog!
¡Muchísimas gracias Sofía! Además, cuando escribo me esfuerzo mucho en que los artículos sorprendan, sean completos y que puedan entenderse. Así que, que justo destaques esos puntos me hace especial ilusión. Un abrazo y gracias a ti por dejarme saber tu opinión 🙂